

Son dos en uno, presentan una personalidad y luego sacan a relucir otra, están deprimidos, y al otro día, son los seres más felices de la tierra, son también muy inteligentes, pero puede que de a ratos digan o hagan algo muy estúpido que usualmente alguien con gran intelecto no haría o diría. Estas características, les corresponden a los Géminis, que tienen un par de gemelos dentro suyo que los hace ver a veces como locos por su cambio de carácter y racionalidad.
La historia de la representación de este fantástico signo, comienza con Zeus y Leda, cuando el dios se convirtió en cisne para seducirla y tuvo relaciones con ella en esa forma. Esa misma noche, Leda tuvo sexo también con su esposo, Tindáreo, por lo que, tiempo después, Leda puso dos huevos, de uno de ellos, salió Pólux (inmortal), y del otro, Clitemnestra y Cástor (o Cástor solo).
Cástor y Pólux, conocidos también como los Dioscuros, aunque fueron hijos de un padre distinto, resultaron ser gemelos, terminaron siendo inseparables y vivieron grandes aventuras. Estos dos, tenían gran rivalidad con otro par de gemelos, Idas y Linceo (que eran sus primos según versiones distintas), por secuestrar y casarse con las mujeres de las cuales Idas y Linceo eran pretendientes, Hilaira y Febe.

Se cuenta que, en una de las tantas batallas que tuvieron entre estos, Cástor, el mortal, cayó herido de muerte a causa de un ataque de Idas, y luego de esto, Zeus intervino y partió con un rayo a Idas y Linceo. Pólux, sin consuelo, le pidió al dios que no deseaba la inmortalidad sin Cástor, Zeus aceptó, y hubo un término, estos pasarían la eternidad juntos pero debían estar la mitad del año en el inframundo y la otra en el Olimpo.
De esta manera, cuando ascienden al Olimpo cada seis meses, se unen como estrellas a la constelación de Géminis. También, se dice que en ese instante los subió a ambos al cielo y los convirtió en la constelación.