

Equilibrados, poco emocionales, calculadores e inteligentes, por eso son perfectos para tomar una decisión en frío sin cometer errores. Suelen cuidar su apariencia, pues, son muy buenos generando buena impresión, tanto por su elegancia al hablar como su imagen, aunque hay momentos, en los que sí se enojan, pero con razón, y estallan totalmente, pero esto es sólo para seguir ese equilibrio que los denomina. Este signo de la diplomacia y la balanza, es nada más ni nada menos que Libra.
Este es uno de los doce signos zodiacales que más llama la atención debido a que no es representado ni por una persona, ni por un animal. Esto tiene una explicación, se dice que el icono de este signo es la balanza de Astrea, diosa de la justicia, que tras subir y convertirse en la constelación de virgo, soltó su balanza en el cielo y ésta se convirtió en Libra.
Hay otra historia interesante sobre este signo, pero se encuentra ya fuera de la mitología griega. En Egipto, se creía que dicha balanza era la del juicio de Osiris, en el cual se la utilizaba en un proceso espiritual en el que se ponía el alma (o corazón) de la persona que acababa de fallecer en un plato de la balanza, y en el otro, una pluma de Maat, diosa egipcia de la verdad y la justicia. Si el alma inclinaba la balanza, los dioses creían que esa persona aún no estaba lista para seguir con su otra vida.

En efecto, aquel debía reencarnar y demostrar como otra persona que podía evolucionar y sacar el peso de más que había en su alma (ver completo en mitología egipcia).

Esta versión egipcia sobre Libra, tiene igual importancia que la griega, ya que esta constelación fue reconocida en la antigüedad primero por los egipcios como tal. También se cuenta que, los babilonios, conocían solamente once signos, ya que contaban a Libra como parte de las pinzas de Escorpio en ese entonces, y los griegos, todavía la hacían “uno” con Virgo debido a su cercanía entre sí, y por su asociación con Astrea.