No hace falta destacar que su personalidad viene del toro, envisten cuando se sienten en peligro, muy violentos, indomables como aquel animal, no dejan que nadie les de ordenes cuando se endurecen y tienen una idea fija, aunque que pueden llegar a ser muy pacíficos, sólo cuando no se los molesta, así son los Tauro.
Los nativos de este signo les deben este tipo de personalidad a dos toros representativos en la mitología, ya que se estima que uno u otro representa a la constelación, uno es Zeus transformado en toro cuando raptó a Europa, y el otro, es el toro de Creta.
Por el lado del primero, cuenta el mito que Zeus se enamoró de la princesa fenicia Europa y se transformó en un llamativo toro blanco y esperó en la playa en la que la joven pasaba tiempo con sus amigas.
Ella, al ver un toro de ese color, diferente a los otros, se subió encantada al lomo del animal sin saber que era el dios transformado, sólo quedó atrapada por la belleza del toro y cayó bajo la seducción de Zeus. Cuando la llevó a Grecia, este la violó en la isla de Creta. Años después, cuando ella murió, Zeus la elevó hacia las estrellas y la convirtió en la constelación de un toro, en recuerdo por aquella transformación que el dios hizo para raptarla.
La otra versión, cuenta que Poseidón hizo salir del mar un toro blanco, distinto a los demás, para que Minos (curiosamente uno de los hijos de Europa y Zeus) le sacrificara, pero el rey cretense, se guardó el fantástico toro y le sacrificó uno común.
En venganza, Poseidón hechizó a su esposa, Pasífae, para que se enamorara del toro de Creta. Ésta, se embarazó del animal (concibiendo así al híbrido Minotauro) escondiéndose en una vaca de madera que el arquitecto Dédalo le construyó.
Luego de esto, el toro enloqueció y dio problemas a muchas ciudades, incluso después de que Hércules lo domó y el rey Euristeo terminó por soltarlo, por lo que fue asesinado por Teseo (que también mató su hijo, el Minotauro) y Poseidón hizo del toro la constelación de Tauro.