

Las personas de virgo, no suelen identificarse con dificultad, son algo reservadas, meticulosas, les encantan los detalles y el orden, y por sobre todo, son muy inteligentes pero, hay otra cosa que los identifica, ese afán de querer inclinar la balanza para que quede equilibrada, algo parecido a los de Libra, pero al equilibrio virginiano, hay que sumarle la perfección por la que tanto luchan día a día. Este signo es así, por que su historia, proviene de Astrea.
Astrea, era la diosa de la justicia y el equilibrio, era hija de Zeus y Temis, era una diosa tan hermosa, que deslumbraba tanto con su belleza física, como con su carácter, lleno de inteligencia y justicia. Además, era una de las pocas diosas vírgenes que existía, por eso el nombre del signo zodiacal, Virgo.
Siempre iban hacia ella aquellos que quisieran consejo, pues, volviendo a la personalidad del virginiano, suelen ser uno de los mejores consejeros del zodiaco, pero la diosa, terminó por mudarse a las montañas para estar en soledad, ya que, le molestaban las actitudes que los hombres tenían últimamente.
Cuando Zeus derrotó a su padre, terminó la era dorada, aquella en la que había paz, armonía, sin necesidad de leyes, y comenzó la de plata, en la cual comenzaron los hechos de violencia y guerra. Al llegar la de bronce, todo empeoró, los hombres se mataban entre sí, destruían ciudades, y la diosa, estaba insatisfecha con esta actitud humana, pues, la justicia ya no les servía.

Como consecuencia, Astrea decidió ascender a los cielos para alejarse de tanta maldad y violencia, y así, se convirtió en la constelación de Virgo, y su balanza, en la de Libra, por eso la similitud de ambos signos en cuanto a justicia. Más tarde, la humanidad, comenzó a extrañarla y esperó el día en que bajara y volviera la justicia.